jueves, 23 de septiembre de 2010

JEREMY BENTHAM, EL PADRE DEL UTILITARISMO









El economista creó una nueva teoría del valor basada en la utilidad


Jeremy Bentham fue el inventor de la escuela utilitarista, donde el valor de los bienes esta basado en el grado de satisfacción que se obtiene derivado de su consumo.


Un talento precoz

Jeremy Bentham, filósofo y economista británico, nació un 15 de febrero de 1748 y murió un 6 de Junio de 1832 en Londres. Muy pronto destacó como niño prodigio cuando fue encontrado por su padre leyendo, a una edad muy temprana, un volumen de Historia de Inglaterra. A los tres años leía tratados, a los cinco tocaba el violín y estudiaba Latín y Francés.

Hijo de una familia acomodada, ingresa a los 12 años en la Westminster School of London y a los 19 años ya ejercía como abogado.

Pronto comenzó a disentir de la educación y la práctica jurídica de su época, dedicándose por completo a tareas intelectuales.

Es, entonces, cuando empiezan a germinar sus primeras y ambiciosas ideas sobre reformas sociales, entre las que se encuentran la defensa de los animales y el planeta -embrión de la futura ecología-, el sufragio universal y la descriminalización y defensa de los derechos y libertades de los homosexuales.


La doctrina utilitarista


Bentham escribe en 1780 un libro llamado: “Introducción a los principios morales y la legislación”, producto de su gran afán e interés por cuestionar el sistema judicial y legal de la Inglaterra de su época.

El libro que se convertiría en tratado de cabecera de la teoría económica del siglo XIX, con Walras y Pareto a la cabeza, donde expone el embrión de toda su concepción de la actividad política y económica.


“Todo acto humano, norma o institución ha de estar regido por un principio tan antiguo como el mundo, pero no claramente descifrable, como es el grado de satisfacción o utilidad que generan en uno mismo y/o en los demás, es decir el dolor o placer que producen en las personas.”

Con estas palabras de Jeremy Bentham, nació un nuevo análisis para las cuestiones políticas, sociales y económicas basado en medir el grado de utilidad/satisfación de cada decisión o acción que tomamos.

A la par introdujo un nuevo concepto de ética basado en el goce de la vida y no en el sufrimiento y el sacrificio.

Una nueva forma de hacer política

El objetivo final, que se convierte en una justificación matemático-moral de la democracia, es conseguir “la mayor felicidad para el mayor número”.

Bentham, a través de estas teorías, cuestionó el valor de las creencias, costumbres e instituciones de su tiempo, siendo nombrado “ciudadano honorario” de la Francia republicana que se constituye a partir del triunfo de la revolución francesa.


La función matemática de utilidad


Para ello contó con una herramienta poderosa, la función de utilidad, que se convertirá en un concepto clave para futuros economistas, empeñados en descifrar el concepto más importante de la ciencia económica: la teoría del valor.


Bentham averiguó que a medida que consumimos unidades adicionales de un mismo bien, el grado de placer o satisfacción que nos producen la última unidad de bien consumida es cada vez menor, pudiendo hasta disminuir con respecto a anteriores unidades consumidas.

Él realizó la abstracción mediante valores cardinales para explicar que la utilidad total que nos reporta el consumo de un bien, se comporta como una parábola cóncava, que alcanza su punto más alto cuando la utilidad marginal de la última unidad consumida ya no nos reporta ninguna satisfacción(es decir, equivale a cero).


Conclusión: La función de utilidad total es hallada en todo su recorrido dependiendo de la cantidad consumida de un bien y la función de utilidad marginal es decreciente.


La felicidad es cuantificable


Lo bueno es lo útil, lo que aumenta el placer y disminuye el dolor, así podemos comprobar de manera científica si son justificables aquellas acciones refrendadas por los principios morales.


Podemos definir, por lo tanto, un cálculo de la felicidad a nivel individual y global.


Los placeres son medibles y se pueden considerar siete criterios: intensidad, duración, certeza, proximidad, fecundidad-susceptibles de generar más placer por si mismas-, Pureza y extensión-en la medida que contemplamos intereses ajenos, esto puede redundar en nuestro propio beneficio-Adam Smith/ Quid Pro Quo-


El papnoticón


Como curiosidad definitoria del amplio abanico en el campo de investigación de Jeremy Bentham, destacar su labor de reforma de las instituciones penitenciarias de la época.


Por encargo de Jorge III, monarca inglés de la época, elabora un modelo de cárcel, por el cual el sistema de vigilancia se realiza desde un único punto de vista que permanece oculto.

Bastará esa mirada vigilante, y los reclusos sintiendo el peso de su observación, para interiorizar las normas a cumplir hasta acabar por vigilarse a uno mismo.

El modelo, considerado por su autor como una genialidad, acabo por ser empleado en las cárceles, escuelas y fábricas de la sociedad inglesa de su momento.


Última y curiosa voluntad


Destacar, como prueba de su inteligencia creativa, sentido del humor y afán de posteridad, el deseo expreso a su muerte de que su cadáver, con su cabeza momificada, permaneciese guardado en una vitrina del University College of London, que el mismo fundó, para que pudiese ser contemplado por los alumnos –que, actualmente, bromas robando su cabeza para asustar a los novatos-.


El cadáver de Bentham, por expreso deseo suyo, sigue presidiendo las reuniones del consejo académico, en donde se le recuerda con la siguiente frase: “Jeremy Bentham de cuerpo presente, pero sin derecho a voto”



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